Resulta difícil explicar qué características debe reunir una película para ser considerada de culto pero lo cierto es que, desde su estreno en el año 2001, Amélie ha pasado a formar parte de este privilegiado grupo de films que son recordados con la misma admiración tanto por la crítica como por el público. Y si hoy queremos hablarte de esta película es porque, para una empresa especializada en el alquiler de fotomatones como la nuestra, nos resulta imposible no recordar con cariño el gran misterio que rodea a estas cabinas fotográficas en este film, ¿lo recuerdas?
Amélie no es una chica como las demás. Su extraña situación familiar la hizo crecer aislada del resto de niños, algo que hizo posible que desarrollara una desbordante imaginación que años después utilizaría para cumplir su cometido en la vida: hacer felices a los demás. Desde su posición de camarera de un pequeño café parisino, inventa todo tipo de originales estrategias para intervenir en la existencia de las personas que se encuentran a su alrededor, persiguiendo siempre su felicidad.
En esos momentos, Nino se cruza en su vida. Se trata de un chico alocado, soñador y especial como ella, que dedica su tiempo a trabajar en el “Tren del Horror” y en un sex shop de mala muerte, mientras que en sus ratos libres da rienda suelta a lo que más le gusta: coleccionar las fotos que la gente deja olvidada en los fotomatones.
Y aquí es donde llegamos al gran misterio. Nino se encuentra obsesionado porque a lo largo de los años y en diferentes fotomatones de la ciudad, se ha ido encontrando con las fotografías de un hombre calvo que siempre sale posando de la misma manera en todas las fotografías. Entonces, decide descubrir quién es ese hombre, si se trata de un fantasma, de alguien que está obsesionado con mostrar el paso del tiempo a través de las fotografías… Lo único que sabe de él es que usa unas zapatillas rojas pero siempre que intenta plantarle cara, se le escurre por un motivo u otro hasta que por fin… ¡el misterio se resuelve!
¡Ojo, spoilers!
Si no has visto esta preciosa película francesa, te aconsejamos no seguir leyendo para no descubrir el secreto. Pero para todos aquellos que sí la hayan visto, no podemos más que recordar la cara que se le queda a Nino y a Amélie cuando descubren que el misterioso hombre que llevaba años saliendo en fotografías abandonadas en los fotomatones parisinos no es otro que el técnico de dichas máquinas, que encargado de realizar el mantenimiento de las mismas, iba de una en otra sacándose fotos para asegurarse de que funcionaran perfectamente.
Anécdotas aparte, Amélie es una adorable comedia que te recomendamos ver si aún no lo has hecho. Y aunque en Tele fotomatón no contamos con un técnico calvo que vaya sacándose fotos de evento en evento, nuestro servicio de alquiler de fotomatones, sí incluye la supervisión de una persona que estará allí en todo momento para velar por su funcionamiento y atender a los invitados que se acerquen para hacerse fotos o grabar un vídeo, así como del desmontaje final cuando todo haya finalizado.
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